Las necesidades de las familias cambian y evolucionan. Este fue el caso de este proyecto de interiorismo basado en la redistribución de espacios adaptados a la vida en pareja tras la marcha de los hijos.
La centralización de la vida doméstica en el salón fue el punto de partida de este proyecto. Tras la demolición de diversas tabiquerías y la unificación de diversas estancias se consiguió un espacioso salón rectangular muy marcado por los grandes ventanales de la vivienda.